viernes, 5 de octubre de 2007

In memoriam...(I)

La primera vez que lo ví no me llamó especialmente la atención. Me pareció un profesor más de una asignatura cualquiera.


A la salida... los típicos corrillos...
Que si tal...
Que si cual...
Ni caso...

Directamente al SEU a fumarme un "Royal Crown" (ya que a los socialistas de entonces no les importaba en donde se fumaba) y a beber una Coca-cola (que tampoco les importaban, al igual que tampoco les importaban las hamburguesas).

Allí me encontré con Santi, el hijo del director de mi Colegio de EGB, que también estudiaba Derecho pero iba más avanzado...
¿Qué tal?
En Civil un tal Lete...
!!!jodeeeeeer¡¡¡
Primer acojone...

Por ser hijo de quien era, ya que los coscorrones de su padre hicieron "escuela" en Ares, su opinión me pareció muy respetable...

Después me fui a la famosa "ligoteca"... parada obligada... Allí me encontré con Chus, una vieja camarada de las juventudes socialistas ferrolanas que ya iba en cuarto...
¿Qué tal?
Lete en Civil...
!!!jodeeeeeer¡¡¡
Nada, condenado sin remisión...

A la noche regresé al viejo Burgo de las Naciones, en donde compartía pabellón con otros dos compañeros del alma de mi viejo Instituto Concepción Arenal de Ferrol... ambos... "nacionalistas"... Como veis, que estoy condenado a entenderme con ellos... no es nada nuevo... Antes, en el viejo Burgo, que si cocino yo pero friegas tú... y ahora en Ares... pues igualito...

Estos amigos eran Javier Ferreira, hoy flamante sustituto de mi también amigo y compañero de Doctorado Antón Losada en la Secretaría Xeral de la Vicepresidencia (digámoslo "a secas", no vayan a venir a rascarme este "post" con una espátula...) y Antón Grandal Pita, del que hace ya demasiado tiempo que no sé mucho...
El tal Lete parece que es la ostia...
dijimos al unísono los tres nada más vernos...

Al momento, aceptamos irremediablemente nuestro futuro... salir "a matar" en nuestra primera noche compostelana del nuevo curso... No es que pareciese que nos daba igual... es que, en aquel momento, realmente nos lo daba...

Al día siguiente, el segundo del curso, el tal Lete tomó la lista enterita... Recitó en voz alta el nombre de unos trescientos... "espartanos"... toditos acojonados...
Iglesias Redondo, Julio Ignacio...
!Presente¡ grité...

Por tener aprobada la asignatura de Historia del Derecho (con el controvertido Margarito... me quiere no me quiere... este sí este no...) y la de Romano (!jodeeeeeer... que veranito... el de aquel año¡) fui invitado, junto a otros treinta de aquellos... "espartanos", a formar parte del famoso Seminario de Derecho civil...

Ferreira también entró conmigo... Por lo tanto, todo iba bien... hasta que... la jurisprudencia... entró de lleno y sin presentación previa en nuestras vidas...
Esto es un Aranzadi...
Aran... qué?
Eso gordo y rojo... me sopló Ferreira...
Ah... vale...

Hicimos el ejercicio en la biblioteca del Colegio de Abogados de Ferrol. Por supuesto, al Aran... qué? no era un sólo libro gordo y rojo... Eran decenas de libros gordos y rojos... Hijos únicos en los años treinta y cuarenta, gemelos en los cincuenta y sesenta, trillizos en los ochenta y sucesivos partos múltiples a partir de los noventa... Los Aran... qués? eran como la mismita Tasa de Natalidad... pero a la inversa... Es decir, de pocos a muchos... porque el "baby boom" de los Aran...qués? tuvo lugar en los años noventa...

A pesar de todo, tuvimos mucha suerte... porque también descubrimos que ninguno de los dos eramos alérgicos al Derecho... Los estornudos se debían solamente... al polvo... Porque resulta que los Aran... qués?, con el paso de los años, se hacen expertos en acumular los más variados polvos... Por eso son tantos... pensamos ambos...

Con dos sentencias fotocopiadas... cada uno... estábamos seguros de ganar nuestro primer "pleito"...

Nada más lejos, porque la cagamos... La jurisprudencia resulta que exige "razonamientos decisorios" coincidentes en dos o más sentencias... mientras que en las nuestras lo único que coincidía eran las "voces" por las que estaban indexadas en los Aran... qués?

Efectuar semejante descubrimiento "in situ" de cagarla, pero de cagarla "ad litteram" y "ad nauseam", pero además "ipso facto", "per se", "de iure", "ab initio" y "sine die" (que todo ello traducido significa, "grosso modo", cagarla re-que-te-bien pero "a sensu contrario", que es cagarla cagarla...) fue algo... como mínimo... intransmisible, inalienable e imprescriptible...

Así fue, por lo menos, hasta 1994, año en el que un tal Valdano, plagiando a uno de los padres del realismo mágico, lo transmitió, lo enajenó y lo prescribió para todos nosotros: "Miedo escénico" lo llamó.

A ninguno de nosotros nos sorprendió lo más mínimo... Sabíamos perfectamente a lo que se refería desde aquel día de 1985 en el Aula del Seminario de Derecho civil...

PD. Le echo mucho de menos Profesor Lete...

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