Gli "amanti" di Valdaro... un abrazo eterno...

En Mantua (Italia), un equipo de arqueólogos encontró, este 6 de febrero, los esqueletos de dos personas unidas en un abrazo que habían sido enterradas en el Neolítico.

Dicen que desde miles de años atrás nos llegó la fuerza de este amor, porque su descubridora parece llamarlo amor.

Los esqueletos ya han sido bautizados como los amantes de Valdaro, autores de este singular abrazo eterno.

Elena Menotti, la directora de la excavación, no dudó en afirmar que "es un caso extraordinario", que "no hay precedentes de un entierro doble datado en el Neolítico, y mucho menos de dos personas abrazándose, y éstos se están abrazando de verdad" y que "cuando los descubrimos nos emocionamos mucho. He estado trabajando en esto durante 25 años. He excavado en Pompeya, y otros yacimientos famosos, pero nunca me había conmovido tanto, porque esto es el descubrimiento de algo especial".

Sin embargo, a la altura de las cervicales del esqueleto masculino se encontró una punta de sílex. Y entre el costado y los muslos de la mujer se encontró un cuchillo.

Cualquiera que sea la historia, los dos esqueletos serán recuperados sin separarlos para exponerlos en el Museo Arqueológico de Mantua, a sólo 40 kilómetros al sur de Verona, la ciudad en la que Shakespeare situó la historia de Romeo y Julieta...

Puede que los expertos jamás determinen la naturaleza de la relación de esta pareja, pero parece claro que Elena Menotti apenas tiene dudas de que nació de un sentimiento profundo...

Por mi parte, cada vez que los miro... trato de imaginar quiénes eran... cuál fue su historia... las razones por las que fueron enterrados así... juntos... en una abrazo eterno... frente a frente... cara a cara... y de adivinar también cuál podría ser ese sentimiento tan profundo... y a quién o a quiénes pertenecía... realmente...

Pero creo que nunca lo llegaré(mos) a saber... a menos que le pregunte(mos) a Sabina...

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren

o a Quevedo...

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado