El juez militar quiere archivar la causa por la explosión en la fragata «Extremadura»
Las familias de los dos fallecidos y el fiscal habían pedido el procesamiento del jefe de máquinas
No obstante, durante las horas previas se produjeron significativas señales de alarma que, a juicio de la letrada que ejerce la acusación por el marinero Noval y del fiscal, fueron desoídas, sobre todo lo que técnicamente se denomina contaminación por cloro, que alcanzó el nivel 12 cuando si se acerca a 2 es ya mal síntoma.
A pesar de todo, no se dio la voz de alarma ni se atendió la advertencia del cabo Gago, buen conocedor del funcionamiento de este tipo de buques. Incluso, explica la letrada Eva Añón Bouzas, el jefe de máquinas permaneció en su casa dando órdenes telefónicas para que se continuase con la maniobra de arranque y no pisó el buque hasta tiempo después de la explosión. La defensa del teniente de navío ha pedido el sobreseimiento definitivo porque desvincula la decisión de apagar o no las calderas con la explosión y deriva la responsabilidad al equipo de guardia ante tal emergencia y añade que «no consta en ninguna norma que el jefe de máquinas deba estar presente durante el proceso de encendido».
Ante tales hechos, juzguen ustedes después de contestar a estas tres preguntas:
1.- ¿Les parece normal que ese Jefe de Máquinas, ante todas las alarmas dadas, siguiese en su casa?
2.- ¿Dejarían que ese Jefe de Máquinas siguiese de Jefe de Máquinas o volviese a ser Jefe de Máquinas en otro barco?
3.- ¿Le confiarían a ese Jefe de Máquinas el cuidado de sus hijos?
Si sus tres respuestas son NO, es porque, a diferencia de ese Juez militar, ustedes también lo tienen muy claro...
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