Después las reflexiones (por llamar de alguna manera a sus pensamientos) de Jesús Vilasánchez Martínez...
Y ahora mi cumplida respuesta...
Hoy en el Diario de Ferrol
Opinión Martes 23 de Junio de 2009
PADRE CASARES II
JULIO IGLESIAS (*)
El pasado jueves, en este mismo Diario y bajo este mismo título, Jesús Vilasánchez Martínez ironizaba sobre una fotografía, publicada por un medio de comunicación, en la que el cura párroco de Ares y yo mismo posábamos, en la nueva plaza de la Iglesia, al lado de la estatua de Hermelinda, la repartidora de periódicos más entrañable y popular de Ares durante los años cincuenta, con la que el Ayuntamiento quiso rescatar del olvido a todo un personaje que, por lo demás, era mujer, humilde y trabajadora. A estas tres características, que ya de por sí anuncian una dura supervivencia en aquella España de arpillera y alpargata, hay quienes suman algunas más, como la de un cierto retraso mental que, para ponerle la vida aún más difícil a Hermelinda si fuese cierto, parece que la hacía objeto de todo tipo de bromas y burlas.
Pues como si el tiempo quedara detenido en aquellas chanzas, resulta que dicha fotografía lo único que es capaz de sugerirle al bueno de Jesús son tres personajes de la serie Padre Casares: el cura párroco de Ares le recuerda a Don Horacio, al que califica de cura progre; Hermelinda le recuerda a Elsa, a la que califica como la tonta de la serie; y el alcalde, es decir yo mismo, le recuerdo a Delmiro.
Tras tan pobre ejercicio de ingenio carente de originalidad, pues, al menos yo, lo considero una mera extensión a los dos acompañantes de la fotografía de su indisimulable desprecio hacia Hermelinda (de la que intenta reírse una vez más comparándola con la que él mismo califica como la tonta de San Antonio de Louredo, agobiado por ver su persona, y no su personaje, en la estatua), el bueno de Jesús se permite sugerir a los responsables de la serie Padre Casares, cito literalmente, que si pueden consideren el tema para la segunda parte del proyecto, ya que se trata de una comedia de mucho éxito.
Pues exactamente con el mismo ánimo, yo también me voy a permitir sugerirles a los guionistas de dicha serie que, por favor, tengan a bien desarrollar un poco más el personaje de Josito, el pelota del alcalde de San Antonio de Louredo, haciéndole participar, por ejemplo, en un fraude electoral censando a personas de otros pueblos en casas abandonadas y bodegas para que Delmiro no pueda perder nunca las elecciones municipales frente a Don Crisanto.
Por supuesto, a diferencia de como el bueno de Jesús hace con la pobre Elsa, yo no voy a calificar a Josito de tonto, ya que en la serie, como en la vida misma, Josito podría demostrar lo listo que es, por ejemplo, pidiendo una baja médica cuando descubra el marrón que, por participar en un presunto fraude electoral, le puede venir encima. Así, Josito de tonto no tendría nada. Aunque de inocente, que es lo que realmente es Elsa, está claro que tampoco.
Por supuesto, al igual que nos previene el bueno de Jesús, esto tampoco es ninguna maldad, sino una simple broma en lenguaje figurado que pretende mejorar la comedia a la que él mismo alude. Quid pro quo.
(*) JULIO IGLESIAS ES ALCALDE DE ARES
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