"El mismo 20 de noviembre de 1936 murieron José Antonio y Durruti, el uno fusilado en Alicante, el otro en un incidente oscuro ante la Ciudad Universitaria de Madrid...
Treinta y nueve años después fallecía Franco, también un 20 de noviembre. En Franco, un balance histórico, observé: "En estos años ha predominado una opinión muy negativa sobre el general gallego, y han sido denunciados a todos los vientos los males y desequilibrios de la sociedad franquista (...) Debe relativizarse asimismo el cargo principal hecho a su régimen: su carácter dictatorial. La realidad demostró que no había alternativa a él, tanto porque, tras la experiencia republicana, muy poca gente añoraba un sistema de partidos, como porque quienes invocaban las libertades contra Franco eran en realidad mucho más totalitarios que él, y los pocos que eran sinceramente demócratas prefirieron, por diversas razones, no causarle problemas...
Quiero decir con esto que las acusaciones deben ponerse en relación con las circunstancias de la época y no contrastarlas con exigencias éticas absolutas, incumplibles también, por supuesto, para los acusadores. Así pues, dada la sobreabundancia de críticas y ataques, no todos falsos o calumniosos, recibidos por el Caudillo en los últimos treinta años, podría entenderse este ensayo como un intento de restablecer el equilibrio a base de rescatar aspectos más positivos e injustamente omitidos. En parte es así, pero quisiera llamar la atención sobre la envergadura de estos aspectos positivos, que, a mi juicio, opacan a los negativos.
... he mencionado unos cuantos de ellos, desde su disciplina ante la república a su conducta con los judíos. Sin embargo considerando la cuestión en conjunto, cabe destacar tres hechos por encima de cualquier opinión:
a) Franco derrotó la revolución en tres ocasiones, en 1934, cuando la insurrección socialista-nacionalista catalana; en 1936-39; y en 1944-49, cuando el maquis y el aislamiento internacional.
b) En circunstancias sumamente adversas libró a España de la guerra mundial, que hubiera causado devastaciones y víctimas sin cuento, y seguramente un golpe durísimo a los Aliados.
c) Dejó un país próspero y, más importante aún, políticamente moderado, donde las exaltaciones del pasado estaban superadas. Gracias a lo cual han sido posibles casi treinta años de democracia...
A mi juicio esos tres logros cruciales del Caudillo lo convierten en el personaje político de mayor envergadura en la historia de España de los dos últimos siglos, en rivalidad, si acaso, con Cánovas..."
Por fortuna, Pío Moa no es el único que tiene memoria, por ello no resulta vano traer aquí a colación su biografía publicada en la Wikipedia:
Nacido en la provincia de Pontevedra (Galicia), fue miembro fundador de la organización terrorista de tendencia maoísta Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), donde tomó parte en asaltos a locales falangistas y a la revista Gentleman, a la que llamaban "oposición domesticada". Asimismo participó en los asesinatos del 1 de octubre de 1975, en represalia por las últimas cinco ejecuciones del franquismo —atentados que dieron nombre a la banda. Según el atestado policial, los testigos habrían afirmado que remató a martillazos en la cabeza a un agente de la Policía Armada herido.[cita requerida] Moa sostiene que no tuvo necesidad de golpearlo, porque ya lo habían matado los disparos de su acompañante, Cerdán Calixto, muerto por la policía años después, y que el informe forense lo demuestra. En su versión, sólo le habría quitado el arma al agente caído.[cita requerida] Fue expulsado del GRAPO en 1977 y se acogió a medidas de reinserción en 1983. Ha dejado un relato de sus experiencias de entonces en el libro autobiográfico De un tiempo y de un país.
¿Verdad que ahora ya no nos parece tan extraño que una mala bestia hable bien de otra que es igualita que él?
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