Republica.com propone 10 puntos para la Reforma Democrática
Los puntos tres, cuatro, cinco, ocho y diez creo que no tienen nada que ver con la democracia...
El tres porque defiende los intereses corporativos de un poder del Estado que debe estar sometido al legislativo y porque no puede convertirse al poder judicial en una tercera cámara capaz de frenar u obstaculizar la verdadera soberanía del pueblo libremente representada por el Congreso y el Senado. Y, además, porque integrar las funciones del Tribunal Constitucional en una sala especial del Tribunal Supremo supone desconocer la verdadera naturaleza del Tribunal Constitucional, que no forma parte de la jurisdicción ordinaria.
El cuatro porque en lo que realmente tiene que convertirse el Senado, que resulta que ya tiene competencias legislativas, es en una cámara de representación territorial.
El cinco porque pedir la desaparición, y no la transformación y reforma de las Diputaciones que es lo que realmente hace falta, supone despreciar la autonomía local garantizada en la Constitución y abandonar a su suerte el primer peldaño de la democracia real, que es la descentralización política que representan los municipios, que son los únicos órganos de decisión realmente próximos a los ciudadanos. Hacer desaparecer Diputaciones o Ayuntamientos implica alejar a la ciudadanía más aún de los órganos de decisión política en beneficio, única y exclusivamente, de grandes urbes y Comunidades Autónomas, lo que supone seguir alejando a los ciudadanos de los centros de poder y, en suma, un nuevo centralismo.
El ocho porque desconoce que hoy por hoy en la Universidad ya hay "oposiciones" precedidas de auténticos procesos de evaluación a cargo de Agencias estatales y autonómicas que garantizan la calidad de su profesorado.
Y el décimo porque representa a un trasnochado nacionalismo español que vuelve a reiterar su desprecio ancestral hacia hechos diferenciales tan importantes y tan íntimos para miles de españoles como la propia lengua, a los que ahora se les quiere privar de su derecho a elegir libremente aquella con la que quieran expresarse en cualquiera de los ámbitos de su vida incluidos los públicos, ya que dicho punto lo que realmente pretende es relegar el uso del gallego, catalán y euskera al ámbito exclusivamente privado.
Por lo que estos cinco puntos creo que tienen muchísimo más que ver con la defensa de un neonacionalismo español que con la de ninguna reforma democrática.
Por eso no los comparto y, es más, los rechazo porque lejos de representar una profundización democrática en realidad esconden y maquillan un grandísimo paso atrás en el nivel de democracia actualmente alcanzado. Quieren engañarnos.
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